Réplica al poema “Cuando nunca sea tarde” de Antonia Pilar Villaescusa.
Cuando la nube gima y el agua me sacie, y la tierra me endulce y no conozca la rutina, nunca será tarde para volar, para gemir como el viento, para correr por los acantilados convertida en la espuma del agua de las cataratas, para echar raíces de miel en la tierra cubierta de azúcar, para susurrarte en la nuca y darte un beso en el pecho o un anochecer en una playa desierta, un millón de veces. Pero cúbreme de tiempo!
(junio 2019)