Pregunté al tiempo
y no me oyó;
pregunté al eco
y no me respondió,
pregunté al aire,
ni siqiera me rozó;
pregunté al agua,
ni siquiera me mojó;
pregunté a tu alma
y ésta sí me contestó.

Son los barcos
que un día
llegaron a una playa
estos los pasos míos
... a una playa
solitaria.

He hablado con la vida
y le he preguntado
qué es vivir.

Me ha mirado
y me ha sonreido,
sólo me ha dicho: ¡vive!

Después he comprendido.