Pregunté al tiempo y no me oyó; pregunté al eco y no me respondió, pregunté al aire, ni siqiera me rozó; pregunté al agua, ni siquiera me mojó; pregunté a tu alma y ésta sí me contestó.
Son los barcos que un día llegaron a una playa estos los pasos míos ... a una playa solitaria.
He hablado con la vida y le he preguntado qué es vivir. Me ha mirado y me ha sonreido, sólo me ha dicho: ¡vive! Después he comprendido.