Agua, ofréceme tu frescura, abre el manantial de tu cariño y calma mi sed, moja mis manos, refresca lentamente mi rostro para alzar mis arrugas que caen y levanta mi sonrisa al sol, mis incertidumbres y mis dudas, pues solo las alivian la humedad de tu ternura. Agua, líquido asombroso. Aire, tu compañero amigo que agrieta mi piel. Sed, estado que agota mis miembros ansiosos de humedad. Agua hermana, desde que abrí los ojos te has apropiado de mí. En las entrañas de mi madre te conocí. Sin luz en mis ojos, envolviste mi piel y me abrazaste como abraza una madre su retoño. Y ahora todo lo revivo con la lluvia, el mar, los ríos y me sumerjo en sus entrañas para recordar tu encuentro: ese abrazo tuyo de madre y hermana, de vida y de sueño.
(agost 2021)